1. No Esperar a que las Capas se Sequen
Si aplicas una nueva capa de color sobre una anterior que aún está húmeda sin quererlo, puedes terminar con manchas y bordes inesperados.
Solución: Sé paciente y deja secar completamente cada capa antes de seguir pintando, a menos que estés buscando un efecto de fusión intencional.
2. No Usar un Pincel Inadecuado
No todos los pinceles sirven para acuarela. Algunos pinceles sintéticos rígidos pueden levantar el pigmento del papel o no retener suficiente agua, afectando el resultado final.
Solución: Opta por pinceles de acuarela con buena capacidad de retención de agua. Los de pelo natural (como el de marta) o sintéticos de buena calidad te ayudarán a lograr trazos más controlados y fluidos.
3. No Planificar la Composición
La acuarela es difícil de corregir, así que improvisar sin una idea previa puede terminar en frustración si algo no sale como esperabas.
Solución: Antes de empezar, haz un boceto ligero con lápiz y decide la disposición de luces y sombras. También puedes hacer pruebas de color en un papel aparte para asegurarte de que las combinaciones funcionan.
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Evitar estos errores hará que tus pinturas luzcan más profesionales y te dará mayor control sobre la técnica. La clave está en la práctica y en entender cómo se comportan el agua y el pigmento en cada situación. No te desanimes y sigue explorando el maravilloso mundo de la acuarela.